Dentro de la gama de tratamientos alternativos que hay para la fibromialgia, hoy vamos a hablar de uno de los más raros que hemos visto, la apiterapia, es decir, el uso del veneno de las abejas, la apitoxina, con fines terapéuticos.
Desde hace años, la apiterapia ha sido promovida dentro del mundo de la salud alternativa para tratar la esclerosis múltiple y la artritis. Más recientemente se han hecho algunas investigaciones con pacientes de fatiga crónica y fibromialgia que han sido bastante positivas.
La idea detrás de este tratamiento potencial para la fibromialgia es simple, la aplicación controlada de las picaduras de abeja para estimular el sistema inmunológico y así ayudar a combatir la enfermedad.
Es importante decir antes que nada que hoy por hoy no hay evidencias científicas sobre su efectividad para el tratamiento de la fibromialgia, y hay que decir también que muchos médicos no la recomiendan porque muchas picaduras de abeja pueden causar daños e incluso problemas serios.
Como siempre, cada uno barre para casa, los defensores de esta terapia dicen que alivia el dolor y reduce la inflamación, dos de los puntos más importantes a tratar dentro de los síntomas de la fibromialgia.
¿Hay investigaciones al respecto?
En 1988 se hicieron varios estudios con ratas y ratones donde se demostró que el veneno de las abejas desaceleró el proceso degenerativo de una enfermedad igual a la artritis. Otros estudios más recientes también aplicados en ratas han revelado que la melitina, uno de los elementos que contiene el veneno de abeja, impide la inflamación.
Un testimonio en el año 2001 por parte de una paciente llamada Daphne Shell sugiere que el veneno de abeja podría beneficiar a personas con fibromialgia, al respecto señaló
“Empecé con dos aguijones en las zonas con más dolor. Experimente pocas molestias en el sitio de la picadura. Usaba dos picaduras de dos a tres veces por semana. Empecé a notar una mejoría en el dolor de mi espalada desde la primera semana, después de tres semanas ya casi no tenía el mismo grado de dolor provocado por la fibromialgia. Después solo me ponía seis picaduras por sesión una vez cada semana.”
Las personas que se someten a este tratamiento deben hacerse una prueba de alergia, para ver si una pequeña cantidad de veneno les hace daño o no. En las siguientes sesiones se aplican los aguijones en puntos específicos dependiendo de la enfermedad o dolencia que se tenga.
Con unas pinzas largas se toma a la abeja viva, se coloca a la abeja en la piel y se deja actuar naturalmente.
Aunque existen testimonios de los resultados positivos de la apiterapia, hasta el momento sólo se han hecho estudios científicos con personas. Las personas deben estar muy conscientes de que no es una terapia segura, ya que demasiadas picaduras de abeja podrían causar otros daños.
No olvides consultar a tu médico antes de tomar cualquier decisión relacionada con tu salud.
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