Las cremas, geles o parches, aplicados en los puntos de dolor, pueden aliviarlo.
Capsaicina
El analgésico tópico derivado de la pimienta inhibe la liberación de la sustancia P, que es un neurotransmisor que transmite dolor.
Efectos secundarios: sensación de ardor, picazón, irritación de la piel, irritación ocular si se contacta, irritación respiratoria si se inhala, etc.
Nombres comerciales: Momento, Capsidol, etc
Cremas antiinflamatorias
También se pueden usar cremas antiinflamatorias, pero con menos eficacia.
Nombres comerciales: gel Cataflan, gel Feldene, etc.
Salicilatos: mezclados con mentol y alcanfor: gelol, artrisan, salonpas, etc.
Bloqueo neuronal
El bloqueo de la raíz nerviosa se considera una de las herramientas más importantes para diagnosticar y tratar ciertos tipos de dolor crónico y se realiza inyectando un anestésico local u otro medicamento para obstruir la función de un nervio en un área específica. evitando así temporalmente que el mensaje de dolor fluya al cerebro, sin embargo, la actividad nerviosa normal también está obstruida.
Están indicados para aliviar el dolor agudo o la exacerbación del dolor crónico, proporcionando una acción terapéutica directa y localizada, especialmente en los casos en que el dolor se acompaña de hinchazón e inflamación.
Pero no es un tratamiento unánime entre los médicos, ya que puede agravar los síntomas del dolor.
Infiltraciones
Las inyecciones con analgésicos o corticosteroides pueden ser efectivas a corto plazo, pero no existe consenso entre los reumatólogos.
Botox
La terapia de Botox consiste en inyectar la toxina butolínica extremadamente diluida y purificada que obstruye la transmisión neuromuscular y causa parálisis localizada y temporal en los músculos afectados por ella evitando que se contraigan.
Inicialmente, Botox se usó para la rehabilitación de los músculos dañados por el estrabismo y luego se popularizó para el uso cosmético contra las arrugas de la cara y el cuello. Todavía está aprobado hoy para el tratamiento de la distonía cervical, los espasmos musculares responsables de cerrar los ojos y la sudoración severa.
Un equipo de investigadores británicos está estudiando el uso de Botox para el manejo del dolor. Se están realizando otros estudios para documentar su efectividad en el tratamiento de afecciones como dolor miofascial, síndrome del túnel carpiano, incontinencia urinaria, dolor de fisura anal, reducción del dolor de hemorroides postoperatorias, dolor crónico en pacientes con cáncer. y fibromialgia.
Los resultados del control del dolor en aproximadamente tres semanas, y las inyecciones pueden repetirse cada tres o cuatro meses.
La práctica de Botox en la fibromialgia se considera una técnica drástica por muchos científicos.
Efectos secundarios: se informan pocos y generalmente son temporales como dolor de cabeza, infecciones respiratorias, náuseas, etc. El uso a largo plazo no se ha estudiado adecuadamente.
Para informarte sobre los tratamientos naturales tienes disponible el libro “Fibromialgia, del dolor a la libertad”.
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