La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por el hecho que el paciente padece episodios o brotes de intenso dolor. Ciertamente, esta enfermedad suele ser identificada por dichos brotes o episodios, los cuales pueden variar de acuerdo a cada persona.
De hecho, dependiendo de nivel de los síntomas que padece cada paciente, suele ser clasificada o dividida dicha enfermedad.
Criterios de clasificación
Los especialistas de esta rama han establecido unos parámetros o criterios a los fines de determinar los grados o el nivel de fibromialgia que padece el paciente.
Los principales criterios o elementos que se considera para diagnosticar el nivel de fibromialgia del paciente, obedecen a impacto que presenta los síntomas en él.
De esta manera, los especialistas han considerado los síntomas que se genera en el paciente, tanto a nivel físico como psicológico, a saber:
– Impacto de los episodios
– Ansiedad y depresión
– Calidad de sueño
– Dificultades a nivel cognitivo
– Otras dificultades
Niveles o grados de Fibromialgia
Actualmente los especialistas, conforme con los criterios antes indicados, han establecido tres niveles que se pueden presentar, los cuales son Leve, Moderada y Severa.
Leve
En este nivel de la enfermedad los episodios brotes de dolor son controlables con ayuda de medicamentos o fármacos. De esta manera, la persona puede realizar sus tareas actividades habituales sin problemas, tanto laborales como cotidianas.
De igual forma, el paciente puede tener sueños reparadores, ello se debe, a que a este nivel los medicamentos o fármacos suelen controlar los síntomas de esta enfermedad. Asimismo, la ansiedad o depresión puede ser perfectamente controlable con medicamentos o fármacos.
De igual forma, el paciente puede desarrollar o sufrir crisis eventualmente por los esfuerzos físicos, estrés, la ansiedad, cansancio, entre otros factores.
Moderada
A este nivel, los episodios o brotes de dolor, comienzan a aumentar el número de crisis al año y su duración.
De igual forma, tenemos que los efectos o síntomas de la enfermedad pueden ser controlados con medicamentos, aunque no tan efectivo como en el nivel leve.
El paciente puede realizar las actividades diarias con mucho esfuerzo, lo cual puede afectar su desempeño laboral. Además, la calidad del sueño del paciente se ve mermada, en virtud que los medicamentos no son tan efectivos como antes.
Asimismo, los cuadros o niveles de ansiedad y depresión se elevan, sin embargo, los medicamentos son efectivos. De igual forma, se empiezan a manifestar síntomas a nivel cognitivos debiendo el paciente realizar un esfuerzo para disminuir los mismos.
En general el paciente ve mermado su calidad de vida, en virtud de los síntomas, lo cual puede llegar hasta el punto de una incapacidad laboral.
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Severa
En este nivel los brotes o episodios de dolor han aumentado tanto en duración, intensidad y constancia.
El paciente presenta muchas dificultades para realizar las tareas diarias, tanto a nivel laboral como personal.
Debido a ello, le resulta imposible realizar una actividad remunerada de forma común, dado que requiere de un gran esfuerzo para concluir las mismas.
La calidad de sueño es prácticamente nula, el paciente siente una fatiga constantemente, lo cual merma su rendimiento diario.
Los medicamentos y fármacos no resultan tan efectivos, en realidad no mejoran ni controlan los síntomas de la enfermedad.
La ansiedad y la depresión se vuelven común e influye en las relaciones personales del paciente.
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