Los pacientes con espondiloartritis axial (se manifiesta principalmente a nivel articular, con lumbalgia crónica, rigidez y en ocasiones, artritis, Psoriasis, inflamación ocular y/o afectación del tubo digestivo), muchas veces se ven afectados por fibromialgia, que empeora su calidad de vida.
La salud física y psicológica se ve afectada por la presencia de fibromialgia asociada, pero no afecta los niveles de inflamación ni la mayoría de los síntomas de la enfermedad no relacionados con la columna vertebral.
La espondiloartritis axial se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, entre ellas las vértebras sacroilíacas y la unión del hueso, músculo y tendones, es una condición en la que la inflamación en la columna vertebral hace que algunas vértebras se fusionen, haciendo que el enfermo tome una postura encorvada.
A diferencia de la fibromialgia, la enfermedad es más común en los hombres. Los médicos han observado que la fibromialgia aparece a veces entre estos pacientes, hasta ahora las dos condiciones no se habían estudiado en conjunto.
Desde 2015, los enfermos incluidos en el ‘registro de pacientes’ también son examinados para la fibromialgia.
Estudio, ‘Co-occurrence of spondyloarthritis and axial fibromyalgia: results from a national registry (BSRBR-AS)’ https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/art.40185
De los 886 pacientes incluidos en el estudio, el 69% eran hombres y el 17,7%, o uno de cada seis, fueron diagnosticados con fibromialgia.
Los pacientes incluidos habían iniciado recientemente tratamientos con anticuerpos contra el factor de necrosis tumoral (proteína culpable de iniciar y magnificar la reacción de inflamación que padecen los pacientes de artritis reumatoide), para hacer bajar la inflamación, y otros nunca habían utilizado ningún fármaco biológico.
Los que tenían espondiloartritis axial y fibromialgia, obtuvieron la puntuación más alta en cuanto a la evaluación de la gravedad y el efecto de la condición de su columna vertebral. Además, eran más propensos a tener ansiedad, depresión y fatiga significativa. Asimismo, obtuvieron puntuaciones más bajas en las mediciones en relación a la calidad de vida.
Sólo el 3% de los pacientes con espondiloartritis axial, declaró que tuvo que faltar al trabajo por motivo de su condición, el 17% de las personas con ambas condiciones reportaron ausentismo laboral. Cuando trabajan, el 52% de los que padecen fibromialgia afirmaron que su trabajo se deterioró aproximadamente a la mitad.
En cambio, el número de pacientes con espondiloartritis sin fibromialgia, el deterioro laboral fue del 23%. Los niveles de proteína C reactiva -un marcador de inflamación- fueron similares en los dos grupos de pacientes.
El único síntoma no relacionado a la columna vertebral que fue más común entre los que también tenían fibromialgia, eran las articulaciones hinchadas.
La presencia de fibromialgia también fue igual en los pacientes que tenían una historia de TNF -terapia de bloqueo-, en comparación con aquellos que nunca usaron drogas biológicas.
El desarrollo de enfoques de tratamiento que aborden las necesidades no satisfechas de los pacientes con espondiloartritis axial y con fibromialgia como enfermedad paralela, debe ser una prioridad de investigación actual.
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